La emancipación de las colonias americanas fue protagonizada fundamentalmente por los criollos (descendientes de españoles, nacidos en América). La población criolla, enriquecida con el comercio y las propiedades territoriales, y animada por la experiencia norteamericana y los principios liberales, aspiraban también a controlar el poder político en su provecho. Pretendía liberarse de las restricciones y del monopolio impuestos desde España, que les impedía, por ejemplo, el libre comercio con Inglaterra, mucho más ventajoso para ellos. En consecuencia, la lucha por la emancipación de las colonias se tradujo en un enfrentamiento en la cúspide entre criollos (partidarios de la independencia) y españoles peninsulares fieles a la metrópoli.
A. Causas del proceso de independencia
En el primer tercio del siglo XIX, con la independencia de casi todas sus colonias americanas, el Imperio español conoció su fin y España dejó de ser definitivamente una potencia mundial. Como hemos anticipado, las causas que movieron a las colonias a independizarse fueron muy complejas, ya que no solamente eran internas, sino ideológicas procedentes del exterior:
- Causas Internas: Con respecto a España hay que destacar la difícil situación creada por la invasión francesa, que supuso la ruptura del contacto directo con América, y el vacío de poder que creó la retención de los reyes españoles en Francia. Con respecto a las colonias, hay que destacar, por un lado, el descontento de los criollos (descendientes de españoles nacidos en América) por quedar apartados del gobierno de sus países y por el mantenimiento del monopolio comercial español, y, por otro, la fuerte tensión social en que vivían los indios, negros y mestizos, muy explotados por los blancos.
- Causas externas: Hay que destacar el influjo de las ideas ilustradas, los ejemplos de la independencia norteamericana y de la Revolución Francesa, y, además, la ayuda de Gran Bretaña y EE.UU., países interesados en desplazar a España del comercio americano.
B. Desarrollo del proceso de independencia
Desde la derrota de Trafalgar, la flota española había quedado prácticamente aniquilada, lo que suponía dejar a América desprotegida. La Guerra de la Independencia permitió la puesta en marcha del proceso de emancipación. En un principio, América reaccionó ante la invasión francesa proclamando su lealtad a Fernando VII y creando juntas, como en la Península. Sin embargo, en el seno de las juntas americanas se gestó el movimiento insurreccional. El proceso independizador se puede agrupar en dos etapas:
1. Primera fase (1810-1814)
Surgieron movimientos revolucionarios que crearon nuevos Gobiernos americanos, en un proceso muy similar en todas las regiones:
- Se convoca un cabildo abierto en la capital, que sustituía a las viejas autoridades por una junta, que actuaba como gobierno.
- La junta organizaba un ejército y establecía relaciones con Inglaterra y Estados Unidos, para obtener su apoyo. Inglaterra mantuvo un doble juego, ya que ayudaba a los españoles a luchar contra el ejército napoleónico, pero al mismo tiempo observaba con agrado los desórdenes de las colonias americanas que permitirían abrir nuevos mercados al comercio británico.
- Se convocaba un Congreso con el fin de elaborar una Constitución de inspiración liberal, que proclamará la independencia en un régimen republicano.
2. Segunda fase (1815-1824)
Con la finalización de la guerra en el territorio español, acabaron también las primeras independencias americanas. El rey Fernando, en un esfuerzo desmesurado, envió un ejército de 10.000 hombres que en 1815 había restablecido la situación prácticamente en todas partes. Pero entre 1816 y 1820 se consumó el proceso de independencia, en el que sobresalieron dos grandes libertadores: José de San Martín y Simón Bolívar. En esta segunda fases, fue fundamental el apoyo abierto de Inglaterra y Estados Unidos a favor de los independentistas. Los nuevos gobiernos formados tras la independencia fueron reconocidos casi inmediatamente por Inglaterra y Estados Unidos. Cuando acabó el reinado de Fernando VII, el inmenso imperio colonial había quedado reducido a Cuba, Puerto Rico y Filipinas. El desastre no sólo fue militar, sino fundamentalmente económico:
- Inglaterra y Estados Unidos suplantaron a España en el control del mercado americano.
- El comercio con América, una de las principales actividades de la economía española, se redujo en gran medida y afectó especialmente a zonas como Cataluña, que orientaba gran parte de su producción a la exportación a las colonias.
- Desaparecieron también los caudales de Indias, importante fuente de ingresos para la Hacienda Real que quedó al borde de la quiebra.
Los países que surgieron tras la emancipación adquirieron la independencia política, pero no organizaron unas instituciones políticas, económicas y sociales estables. Muchos de ellos se han debatido entre contradicciones internas y presiones externas que todavía configuran su situación actual. La vida cultural de Hispanoamérica tras la independencia se caracterizó por el mantenimiento del origen cultural hispánico. Pero a lo largo del tiempo se fueron acumulando influencias de otras culturas, provenientes de EE.UU.