El régimen de Franco supuso una adaptación del fascismo a las condiciones especiales de España. Se legitimó tras ganar la guerra y fue muy autoritario. El Estado que surgió entonces fue una mezcla de dictadura militar y un estado fascista. Este régimen perduró durante casi cuatro décadas. Esto significó que tanto las “familias” ideológicas del régimen como las bases sociales sobre las que se apoyaba variaron con los años para adaptarse a las circunstancias cambiantes. Por otra parte, Franco nunca tuvo un proyecto político sobre la organización del nuevo Estado, sin embargo, su visión tradicionalista le hacía rechazar cualquier forma política derivada del pensamiento liberal o democrático. Su único objetivo fue mantenerse en el poder y ejercerlo sin limitaciones.
Los grupos políticos o ideológicos que apoyaron la sublevación militar coincidían en una serie de puntos esenciales de marcado carácter conservador:
a) La confesionalidad católica del Estado: La Iglesia Católica legitimó al estado franquista e inculcó los valores morales católicos en el resto del sistema. La Iglesia mostró su apoyo mediante una permanente propaganda a favor del régimen. Los católicos estaban adscritos a dos organizaciones: la Asociación Católica Nacional de Propagandistas y el Opus Dei. En el caso de la primera su principal frente de actuación era la defensa de la enseñanza católico.. En cuanto al Opus Dei proporcionó al régimen importantes figuras de alta cualificación profesional sobre todo ministerios, fueron los denominados tecnócratas. Por toda esta ideología se ha denominado al régimen como nacionalcatolicismo.
b) Implantación de un poder nacionalista (nacionalcatolicismo), fuerte y centralizado, sustentado en los principios de unidad de España, autoridad y jerarquía (apoyo del ejército). Los militares, además de asegurar por la fuerza la supervivencia del régimen, desempeñaron importantes cargos políticos.
c) Imposición de un orden social rígido, basado en la defensa de la familia y la propiedad privada. Franco, para esto, se apoyó en el partido único (FET de las JONS - Falange Española Tradicionalista de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista) que se encargó del control de los medios. Creó también cuatro organizaciones de masas, entre las que destacan: Frente de Juventudes para la formación y adoctrinamiento de la juventud. La Sección Femenina encargada de formar a la mujer en los valores cristianos y del partido. Estaba dirigida por Pilar Primo de Rivera. El Sindicato Español Universitario (SEU) que controlaba políticamente a los estudiantes y la Central Nacional Sindicalista (CNS) que integraba a empresarios y obreros en la misma organización (sindicato vertical).
Los apoyos sociales del franquismo se identifican con el nuevo régimen por su defensa de los valores tradicionales, su autoridad y el restablecimiento del orden público:
- Las élites económicas: oligarquía terrateniente, empresarios, financieros y comerciantes. Recuperaron sus negocios y propiedades y su dominio sobre la vida social con nuevos elementos procedentes del ejército y de Falange.
- Propietarios agrícolas del Norte de España que apoyaron el alzamiento por su mentalidad tradicional, defensora de la familia, la propiedad privada y la religión.
- Clases medias urbanas beneficiadas por las depuraciones masivas de funcionarios: maestros, profesores de Universidad e Instituto, militares republicanos, etc. El resto de clases medias eran pasivas y apolíticas.
- Los sectores populares protagonizaron la primera oposición al franquismo pero la represión, la miseria y el afán de supervivencia hacen que obreros y campesinos adopten una actitud de acomodamiento, de aceptación del régimen y de apoliticismo cuando no de respaldo directo a la dictadura.
La ideología del régimen se apoyaba en diversos grupos que conformaron el estado franquista demostrando su adhesión al Caudillo. Todos se integraron en el llamado Movimiento Nacional, una nueva forma de llamar al partido único más acorde a los tiempos.