Las relaciones internacionales del nuevo régimen establecido por Franco vinieron determinadas por el bando que los había apoyado durante la guerra civil.
Alianza con los países del Eje
Las relaciones se fortalecieron, al principio, con Alemania e Italia (1939-1944). España estuvo a punto de intervenir en la Segunda Guerra Mundial al lado de los alemanes (conversaciones con Hitler en Hendaya). La falta de acuerdos sobre las compensaciones por iniciar una nueva guerra y la lamentable situación en que se encontraba tras la Guerra Civil, bloquearon esta iniciativa. No obstante, se envió un contingente de tropas al frente ruso, la llamada división azul, un cuerpo de voluntarios que combatieron bajo el mando alemán.
Giro diplomático y aislamiento
La percepción de que las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón) perdían la guerra, obligó a adoptar una postura más neutral a partir de 1944. En 1945, tras la victoria aliada, la posición de la dictadura se hizo muy delicada. Se le aisló internacionalmente por sus anteriores relaciones con los nazis, se le negó la incorporación a la recientemente creada ONU y Francia cerró la frontera con España. El bloqueo económico y diplomático obligó a prolongar la autarquía. Sólo Argentina ayudó en ese momento a Franco.
Guerra Fría y la apertura a Occidente
A partir de 1948 la situación internacional cambió a favor del régimen. El enfrentamiento entre Estados Unidos y la U.R.S.S. en la Guerra Fría obligó a los americanos a buscar aliados y bases militares intermedias por todo el mundo. España, en una situación de debilidad, ofreció su territorio para la creación de bases militares americanas en Torrejón, Rota, Morón y Zaragoza.
Gracias a esta relación con los americanos, la dictadura rompió su aislamiento internacional y se fue incorporando progresivamente, con limitaciones (no fue aceptada ni en la OTAN ni en la Comunidad Económica Europea) en las instituciones internacionales. Así, en 1950, España fue admitida en la FAO y en la UNESCO., y la ONU retiró las recomendaciones de 1946 y permitió el ingreso de España (1955). En 1953, España firmó un concordato con la Santa Sede (lo que fortalecía la influencia de la Iglesia) y tratados militares con EEUU (España cedía bases en su territorio a cambio de ayuda económica).
De esta manera, desde 1958 España emprendió ciertas iniciativas que otorgaron a España un limitado protagonismo del que carecía por completo en los años cuarenta y cincuenta. Entre los hechos más importantes de la política exterior española de estos años destacan los siguientes:
- Visita oficial a España del presidente norteamericano Eisenhower.
- Firma de un Acuerdo Preferencial en 1970 con la Comunidad Económica Europea, mediante el cual cada una de las partes concedía a la otra ciertos privilegios comerciales.
- Intento de recuperación de Gibraltar: los desacuerdos con Gran Bretaña provocaron el cierre total de la frontera y las comunicaciones entre España y Gibraltar.
- Reconocimiento de la independencia de Marruecos y Guinea Ecuatorial, dentro del proceso de descolonización de áfrica auspiciado por la ONU.
- Cesión de Ifni a Marruecos y la cuestión del Sáhara.
Dificultades exteriores. Últimos años
Las relaciones exteriores también atravesaron momentos de serias dificultades a partir de 1973. Entre ellos destacó el conflicto del Sahara: España aceptó su descolonización por lo que apoyó un referéndum de autodeterminación ante la presión del Frente Polisario, pero el rey Hassan de Marruecos (con el apoyo de EE UU) organizó la Marcha Verde, ante la cual España entregó al Sahara a Marruecos y Mauritania, mediante el Acuerdo de Madrid, olvidando el compromiso de referéndum. Por otra parte, en 1974 cayeron la dictadura de Portugal y de Grecia quedando España como la última dictadura que pervivía en Europa occidental.