Relieve de la Columna de Trajano

Imagen de Francisco J. Calzado

1. Identificación y ficha técnica

  • Título de la obra: Relieve de la Columna de Trajano.
  • Autor: Desconocido. Tradicionalmente se atribuye la concepción del complejo del foro al arquitecto Apolodoro de Damasco, pero se desconoce la identidad del maestro o taller escultórico que ejecutó el relieve[1][2].
  • Fecha de realización: La columna fue inaugurada en el año 113 d.C[2][3].
  • Estilo: Arte romano imperial, concretamente del Alto Imperio[1].
  • Técnica y materiales: Escultura en relieve bajo (bajorrelieve), tallada en mármol de Carrara[1][3]. La columna está compuesta por 18 bloques cilíndricos de este material.
  • Dimensiones: El fuste de la columna mide 29.78 metros de altura y el relieve helicoidal que lo recorre tiene una longitud total de casi 200 metros[3].
  • Ubicación original y actual: Foro de Trajano, Roma (Italia)[1][2].

2. Descripción formal y visual

El relieve de la Columna de Trajano es una obra escultórica monumental que se desarrolla como una banda helicoidal continua, ascendiendo en 23 espirales alrededor del fuste de una colosal columna dórica[2]. Esta disposición compositiva es una de sus mayores innovaciones, ya que permite narrar una historia de manera ininterrumpida, similar a un rollo de papiro (volumen) desplegado[1]. La narración comienza en la base con la preparación del ejército romano y culmina en la parte superior con la victoria final sobre los dacios.

El volumen de las figuras se trabaja mediante un bajorrelieve muy sutil, que en algunos puntos es casi plano, una técnica que permite incluir una enorme cantidad de figuras y detalles sin comprometer la integridad estructural de la columna[3]. Las más de 2500 figuras humanas que aparecen están representadas con un gran detallismo en sus vestimentas, armas y pertrechos, lo que convierte al relieve en un valioso documento histórico[1]. Aunque se busca un efecto de naturalismo y verosimilitud, los escultores recurrieron a ciertas convenciones, como la "perspectiva jerárquica", donde el emperador Trajano aparece con un tamaño ligeramente superior al resto de las figuras para destacar su importancia[4].

La línea es precisa y detallada, definiendo contornos claros que facilitan la lectura de las escenas. El tratamiento de la figura humana, aunque idealizado en el caso del emperador, muestra una gran variedad de posturas y actitudes, desde el fragor de la batalla hasta la solemnidad de las ceremonias religiosas. La expresividad es contenida, primando la gravitas romana (dignidad y sentido del deber) sobre la exteriorización de las emociones, en contraste con el patetismo del arte helenístico[4].

El relieve se organiza en aproximadamente 155 escenas, separadas por elementos paisajísticos como árboles o rocas, aunque la transición entre ellas es fluida y continua[1][3]. La relación con el espacio es compleja; aunque la obra es un bulto redondo colosal, su superficie está concebida para una lectura pictórica. Originalmente, el relieve estaba policromado y contenía inserciones metálicas para las armas, lo que habría aumentado considerablemente su legibilidad y realismo[2][3].

3. Análisis iconográfico

El tema central del relieve es la narración de las dos campañas militares victoriosas del emperador Trajano contra los dacios (en la actual Rumanía), que tuvieron lugar entre los años 101-102 d.C. y 105-106 d.C[1][2]. La obra tiene un carácter eminentemente propagandístico y conmemorativo, destinada a glorificar la figura del emperador y el poderío del ejército romano.

Las figuras representadas son, por un lado, el emperador Trajano, que aparece en más de 50 escenas como un líder sereno, estratega y piadoso (pietas), presidiendo sacrificios, dirigiendo a sus tropas (adlocutio) o supervisando construcciones[3][4]. Junto a él, se representa al ejército romano como una fuerza organizada, disciplinada y tecnológicamente superior, construyendo campamentos, puentes y máquinas de asedio[1]. Por otro lado, los dacios son representados como "bárbaros nobles": valientes en la batalla pero finalmente derrotados, a menudo mostrados en escenas de desesperación, como el suicidio de su líder Decébalo para no ser capturado[2].

El mensaje ideológico es claro: la victoria de Roma no es solo militar, sino una victoria de la civilización sobre la barbarie, del orden sobre el caos[4]. Cada escena subraya la superioridad logística, estratégica y moral del Imperio Romano. No se recrea únicamente en las batallas, sino que dedica gran parte de su metraje a mostrar el trabajo de los legionarios, exaltando así el esfuerzo y la disciplina como pilares del Estado romano[1]. La columna es, en esencia, la epopeya en piedra de un emperador divinizado por sus logros y la crónica visual de la grandeza de Roma.

4. Contexto histórico y cultural

La Columna de Trajano fue erigida en un momento de máxima expansión y prosperidad del Imperio Romano, bajo el gobierno de Marco Ulpio Trajano (98-117 d.C.), considerado uno de los "cinco buenos emperadores"[1]. Su reinado se caracterizó por una intensa actividad militar y constructora, financiada en gran parte por el inmenso botín obtenido en la conquista de la Dacia, rica en minas de oro y plata[2].

El promotor de la obra fue el propio emperador y el Senado de Roma, como parte de un grandioso complejo monumental: el Foro de Trajano[3]. Este foro era el más grande y suntuoso de todos los foros imperiales y funcionaba como centro cívico, administrativo y de propaganda. La columna se ubicaba en un patio flanqueado por dos bibliotecas (una griega y otra latina), lo que sugiere que su concepción como "libro de piedra" era intencionada, pudiendo ser observada a diferentes alturas desde los edificios circundantes[2][4].

La función original de la columna era triple:

  1. Conmemorativa y propagandística: Celebrar la victoria sobre los dacios y exaltar la figura del emperador como un líder ejemplar (Optimus Princeps)[1][3].
  2. Funeraria: Tras su muerte, las cenizas de Trajano y su esposa Plotina fueron depositadas en una urna de oro en la base de la columna, convirtiéndola en un mausoleo imperial[2][3].
  3. Topográfica: Una inscripción en el pedestal indica que la columna fue construida para mostrar la altura de la colina (el monte Quirinal) que había sido desmontada para construir el foro, una hazaña de ingeniería sin precedentes[1][2].

5. Estilo artístico

El relieve pertenece al estilo romano imperial, que combina la tradición del naturalismo helenístico con una vocación narrativa, documental y pragmática típicamente romana[4]. La obra es el máximo exponente del llamado "relieve histórico continuo", una innovación estilística que rompe con la tradición griega de representar eventos en metopas o frisos aislados[1]. Este formato narrativo será muy influyente en el arte romano posterior, como en la Columna de Marco Aurelio, y llegará hasta el arte medieval y renacentista.

Dentro del arte romano, se enmarca en la corriente oficial y patricia, que busca la glorificación del Estado y sus líderes. Sin embargo, también presenta rasgos de la tradición plebeya o itálica, como el afán por el detalle minucioso, la claridad narrativa por encima de la belleza formal ideal y el uso de soluciones anti-clásicas como la perspectiva a vista de pájaro para hacer comprensibles las escenas[1][4].

En comparación con obras anteriores como el Ara Pacis de Augusto, la Columna de Trajano muestra una mayor densidad compositiva y un mayor dinamismo. Mientras que el Ara Pacis presenta una procesión solemne y estática, la columna narra una campaña militar llena de acción y movimiento, estableciendo un nuevo modelo para la escultura conmemorativa romana[2].

6. Valoración personal e interpretación

La Columna de Trajano es, sin duda, una de las obras maestras de la escultura de todos los tiempos y una pieza clave para entender el arte y la mentalidad de la Roma Imperial. Lo que más impresiona al contemplarla es su ambición narrativa y la proeza técnica que supuso su ejecución. Es a la vez un monumento épico, una crónica de guerra, un mausoleo imperial y un testamento de la capacidad de la ingeniería romana.

Personalmente, destaco su doble valor como obra de arte y como documento histórico. Aunque la narración es parcial y responde a los intereses propagandísticos del emperador, el nivel de detalle en la representación de la vida militar, la ingeniería y el armamento de la época la convierte en una fuente iconográfica de primer orden para los historiadores[1][3].

En la historia del arte, la columna ocupa un lugar preeminente por su originalidad compositiva y su influencia duradera. El concepto de narración continua en espiral es una solución brillante que no tiene precedentes claros y que inspirará monumentos posteriores durante siglos. Más allá de su función original, la columna se ha convertido en un símbolo perdurable del poder y la gloria de la Antigua Roma, un testimonio en piedra de una de las civilizaciones más influyentes de la historia.

Fuentes y referencias

  • [1] Honour, H., & Fleming, J. (2005). A World History of Art. Laurence King Publishing.
  • [2] Kleiner, F. S. (2010). A History of Roman Art, Enhanced Edition. Cengage Learning.
  • [3] National Geographic. (2022). La Columna de Trajano, el primer cómic de la historia. nationalgeographic.com.es.
  • [4] Zanker, P. (2000). The Power of Images in the Age of Augustus. University of Michigan Press. (Aunque se centra en Augusto, establece las bases de la iconografía del poder que Trajano hereda y transforma).