01. El relieve español, su diversidad geomorfológica

Imagen de Francisco J. Calzado

1. Situación y marco geodinámico de España

Para comprender el relieve de España, primero debemos pensar en su ubicación como si fuera una pieza en un gigantesco puzle geológico. La Península Ibérica se encuentra en el suroeste de Europa, justo en la zona de contacto entre dos enormes placas tectónicas: la placa Euroasiática y la placa Africana. Imagina estas placas como dos colosales balsas de tierra que se mueven muy lentamente, chocando entre sí. España, o más concretamente la "microplaca Ibérica" (que hoy forma parte de la placa Euroasiática), está justo en medio de esta zona de colisión.

Este choque, aunque muy lento (apenas unos 4 milímetros al año), es el motor que ha modelado y sigue modelando nuestro relieve. Es la razón por la que el sur y el sureste de la Península son zonas con una actividad sísmica relevante.

La historia de nuestro relieve se puede resumir en dos grandes "actos" u orogenias (procesos de formación de montañas):

  1. La orogenia Varisca (o Hercínica): Ocurrió al final de la Era Paleozoica, hace más de 300 millones de años. En aquel entonces, los continentes estaban uniéndose para formar el supercontinente Pangea. Esta colosal colisión plegó y transformó los materiales existentes, creando un enorme macizo montañoso. Con el paso de millones de años, la erosión desgastó esas montañas hasta convertirlas en una superficie relativamente plana, una especie de "zócalo" o cimiento rígido. Este antiguo esqueleto rocoso es lo que hoy conocemos como el Macizo Hespérico (o Macizo Ibérico), que aflora en la mitad occidental de la Península.
  2. La orogenia Alpina: Mucho más reciente, durante la Era Cenozoica (los últimos 66 millones de años), se produjo un nuevo capítulo. La placa Africana comenzó a empujar con fuerza hacia el norte contra la placa Euroasiática. Este empuje "arrugó" los bordes de la microplaca Ibérica, levantando dos impresionantes cordilleras: los Pirineos al norte y las Cordilleras Béticas al sur. Además, este empuje fue tan potente que fracturó el rígido Macizo Hespérico interior, haciendo que algunos de sus bloques se levantaran (dando lugar al Sistema Central o los Montes de Toledo) y otros se hundieran.

En resumen, el relieve español es el resultado de la superposición de estas dos grandes fases constructivas. Tenemos un zócalo antiguo y rígido de origen varisco (la Meseta) y, sobre él y a su alrededor, una serie de montañas y depresiones mucho más jóvenes, esculpidas por la orogenia Alpina, un proceso que, de hecho, sigue activo en la actualidad.

2. La Meseta y su zócalo paleozoico (Macizo Hespérico)

La Meseta es la unidad central y fundamental del relieve peninsular. Es una extensa superficie elevada, una especie de gran altiplano, que ocupa el corazón de España. Su altitud media, superior a los 600 metros, la convierte en una de las más elevadas de Europa y condiciona enormemente el clima (más continental y extremo) y la red fluvial, ya que los principales ríos peninsulares nacen en sus rebordes y la atraviesan.

La Meseta no es uniforme. Se encuentra dividida en dos grandes sectores por el Sistema Central:

  • La Submeseta Norte, más elevada (altitud media por encima de los 700 m), se corresponde en gran medida con la cuenca del río Duero.
  • La Submeseta Sur, algo más baja (en torno a 600 m), está compartimentada a su vez por los Montes de Toledo, que separan las cuencas de los ríos Tajo y Guadiana.

Geológicamente, la Meseta es la manifestación más visible del antiguo Macizo Hespérico o Ibérico. Este zócalo de rocas paleozoicas, principalmente granitos, pizarras, cuarcitas y gneises, aflora sobre todo en la mitad occidental de la Meseta (Galicia, oeste de Castilla y León, Extremadura). Estas rocas, al ser muy antiguas y rígidas, han sido intensamente erosionadas a lo largo de millones de años, dando lugar a una forma de relieve muy característica: la penillanura.

Una penillanura es un terreno suavemente ondulado, casi plano, resultado de un larguísimo proceso de erosión sobre antiguas montañas. Las penillanuras de Salamanca, Zamora o Extremadura son ejemplos perfectos. Sobre estas vastas llanuras, a veces se elevan pequeños cerros o "montes isla" formados por rocas más resistentes a la erosión, como las cuarcitas.

Donde el material dominante es el granito, la erosión crea paisajes muy singulares. La meteorización descompone la roca a través de sus fracturas (diaclasas), formando paisajes de berrocales, que son acumulaciones caóticas de grandes bolas de granito, conocidas como bolos. Un ejemplo espectacular es el Monumento Natural de Los Barruecos, en Cáceres.

Por otro lado, donde afloran las cuarcitas, rocas muy duras y resistentes, se forman crestas alargadas y afiladas, que recuerdan a la estructura de la cordillera de los Apalaches en Norteamérica, por lo que este relieve se conoce como relieve apalachense. El Parque Nacional de Monfragüe, con sus impresionantes sierras cuarcíticas, es un magnífico ejemplo. Finalmente, la acción de los ríos ha logrado cortar profundamente este zócalo en algunos puntos, creando cañones fluviales espectaculares como los Arribes del Duero, cuyas paredes verticales nos permiten ver la estructura interna de este antiquísimo macizo.

3. Relieves interiores de la Meseta: Sistema Central y Montes de Toledo

Dentro de la gran unidad de la Meseta, no todo es llano. Dos sistemas montañosos interiores rompen su monotonía, actuando como cicatrices o arrugas producidas por la orogenia Alpina sobre el antiguo zócalo.

3.1. El Sistema Central: bloques levantados sobre basamento varisco

El Sistema Central es una potente cordillera que atraviesa el corazón de la Meseta, dividiéndola en las dos submesetas. No se formó por un plegamiento de materiales, como los Pirineos, sino por la fractura y levantamiento de grandes bloques del zócalo hespérico. Durante la orogenia Alpina, el empuje de la placa Africana comprimió la Península, y el rígido zócalo de la Meseta, en lugar de plegarse, se rompió en bloques a través de un sistema de fallas.

Algunos de estos bloques se elevaron, formando las sierras (lo que se conoce como horst o macizo tectónico), mientras que otros bloques contiguos se hundieron, creando valles o depresiones intramontañosas (conocidos como graben o fosa tectónica). Este estilo de relieve, dominado por bloques elevados y hundidos, se denomina relieve germánico. El valle de Amblés en Ávila, por ejemplo, es una fosa tectónica hundida entre la Sierra de Ávila y La Paramera.

El Sistema Central está formado por varias sierras, como las de Gredos, Guadarrama o Ayllón. Aquí se encuentran algunas de las cumbres más altas del interior peninsular, como el Almanzor (2.591 m) en Gredos o Peñalara (2.428 m) en Guadarrama. La roca predominante es el granito, lo que da lugar a paisajes de cumbres redondeadas, canchales (acumulaciones de fragmentos de roca) y berrocales.

3.2. Modelado glaciar y periglaciar en el Sistema Central

Durante las épocas más frías del Cuaternario, las cumbres más altas del Sistema Central estuvieron cubiertas por glaciares 🧊. Aunque de tamaño modesto, estos glaciares dejaron una huella inconfundible en el paisaje. Hoy podemos observar circos glaciares (depresiones con forma de anfiteatro donde se acumulaba la nieve), valles en forma de "U", morrenas (depósitos de rocas arrastrados por el hielo) y numerosas lagunas de origen glaciar. La Laguna Grande de Gredos o las lagunas de Peñalara son testigos de ese pasado helado.

3.3. Los Montes de Toledo: relieve apalachense sobre materiales paleozoicos

Más al sur, separando las cuencas del Tajo y del Guadiana, se encuentran los Montes de Toledo. Son considerablemente más bajos y menos continuos que el Sistema Central. Su origen también está ligado a la orogenia Alpina, que reactivó antiguas estructuras variscas, pero su morfología es distinta.

Aquí predomina el relieve apalachense, del que ya hablamos. Se trata de una serie de sierras paralelas y valles intermedios formados por la erosión diferencial sobre un antiguo plegamiento de rocas de distinta dureza. Las cuarcitas, muy resistentes, forman las cumbres de las sierras (crestas), mientras que los materiales más blandos, como las pizarras, han sido desgastados para formar los valles. El Geoparque Mundial de la UNESCO Villuercas-Ibores-Jara en Extremadura es el mejor exponente de este tipo de relieve, con su pico más alto, el Risco de la Villuerca (1.601 m).

A los pies de estas sierras, es común encontrar unas formaciones llamadas rañas: extensas superficies casi planas y ligeramente inclinadas, cubiertas de cantos rodados, que se formaron en el Plioceno-Cuaternario por la acción de sistemas fluviales que depositaban los materiales erosionados de las montañas.

4. Rebordes y unidades periféricas de la Meseta (Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Sierra Morena)

Rodeando la Meseta como si fueran sus murallas naturales, encontramos tres grandes unidades montañosas que la separan de la periferia costera, jugando un papel fundamental en la configuración del clima y la hidrografía.

4.1. Cordillera Cantábrica

Al norte, la Cordillera Cantábrica se alza como un imponente muro paralelo al mar. Es una barrera muy eficaz contra la influencia húmeda y suave del Atlántico, siendo la principal responsable del contraste entre la "España húmeda" del norte y la "España seca" del interior.

Su estructura es compleja: la parte occidental (astur-galaica) es una continuación del Macizo Hespérico, mientras que la oriental (vasco-cantábrica) tiene un origen más claramente alpino, con materiales plegados. En su sector central se encuentran los Picos de Europa, un macizo de calizas paleozoicas que alberga las mayores altitudes, como Torre Cerredo (2.648 m). El paisaje de los Picos es espectacular, dominado por el modelado kárstico (cañones, simas, cuevas) y las huellas de antiguos glaciares. La cordillera presenta una fuerte asimetría: la vertiente norte cae de forma abrupta hacia el mar, con valles cortos y encajados, mientras que la vertiente sur desciende de manera mucho más suave hacia la Meseta.

4.2. Sistema Ibérico

Cerrando la Meseta por el este y separándola de la Depresión del Ebro, se extiende el Sistema Ibérico. Es una cordillera de dirección noroeste-sureste, también de origen alpino y de estilo germánico, similar al Sistema Central, aunque más compleja. No es un macizo continuo, sino que se organiza en dos ramales (castellano y aragonés) separados por depresiones interiores, como la de Calatayud. Su pico más emblemático es el Moncayo (2.315 m). Su relieve combina sierras de rocas calcáreas con parameras elevadas y depresiones. Un lugar de especial interés es la Laguna de Gallocanta, una de las mayores lagunas salinas endorreicas de Europa.

4.3. Sierra Morena

Al sur, Sierra Morena no es tanto una cordillera en el sentido estricto (no se formó por plegamiento) como un gran escalón tectónico. Representa el borde sur de la Meseta, que fue levantado y flexionado durante la orogenia Alpina. Por ello, presenta una ladera sur muy abrupta que cae sobre la Depresión del Guadalquivir, mientras que su transición hacia la Meseta por el norte es muy suave. Está formada por los mismos materiales paleozoicos del Macizo Hespérico. Su paso más conocido es el desfiladero de Despeñaperros, un espectacular cañón excavado por el río que ha servido históricamente como principal vía de comunicación entre Andalucía y la Meseta.

5. Unidades exteriores a la Meseta (Pirineos, Cordilleras Béticas y Sistemas Costero‑Catalanes)

Más allá de la Meseta y sus rebordes, encontramos las grandes cordilleras alpinas y otras unidades de relieve que completan el mapa geomorfológico de la Península.

5.1. Pirineos

Los Pirineos son la cordillera más robusta y continua de España. Se extienden a lo largo de más de 400 km desde el mar Mediterráneo hasta el Cantábrico, formando una imponente frontera natural con Francia. Son el resultado directo de la colisión entre la microplaca Ibérica y la placa Europea.

Su estructura es compleja y se organiza en varias zonas:

  • La Zona Axial, en el centro, es el corazón de la cordillera. Está formada por materiales paleozoicos (los restos de un antiguo macizo varisco), donde se encuentran las mayores altitudes, como el Aneto (3.404 m), el pico más alto de la cordillera.
  • A ambos lados de la Zona Axial se encuentran las Sierras Prepirenaicas, formadas por materiales más modernos (mesozoicos y cenozoicos), principalmente calizas, que fueron plegados y desplazados durante la orogenia.

El modelado glaciar cuaternario ha dejado una profunda huella en los Pirineos, con numerosos circos, valles en "U" y pequeños glaciares que todavía hoy perviven en sus cumbres más altas.

5.2. Cordilleras Béticas

En el sureste peninsular se levantan las Cordilleras Béticas, el otro gran sistema montañoso de origen alpino, fruto del choque entre la placa Africana y la microplaca Ibérica. Junto con el Rif, en el norte de África, forman un arco montañoso que rodea el mar de Alborán. Son el sistema montañoso más complejo de la Península.

Se dividen en dos grandes conjuntos:

  • Las Zonas Internas (o Cordillera Penibética), que bordean la costa mediterránea. Están formadas por materiales muy antiguos que han sufrido una intensa transformación (metamorfismo). Aquí se encuentra la mayor altitud de la Península Ibérica, el Mulhacén (3.482 m), en Sierra Nevada.
  • Las Zonas Externas (o Cordillera Subbética y Prebética), en el interior, que enlazan con el sur de la Meseta. Están formadas por materiales sedimentarios (calizas, margas) plegados y desplazados hacia el norte.

A los pies de las Cordilleras Béticas se encuentra la Depresión del Guadalquivir, una cuenca de antepaís que se fue rellenando con los sedimentos erosionados de estas montañas a medida que se levantaban.

5.3. Sistemas Costero‑Catalanes

Paralelas a la costa mediterránea en Cataluña, se encuentran las Cordilleras Costero-Catalanas. Se trata de dos alineaciones montañosas (la Cordillera Litoral, junto al mar, y la Cordillera Prelitoral, más al interior), separadas por una depresión (la Depresión Prelitoral). Su origen está más relacionado con un proceso de fractura y distensión (tectónica extensiva) ocurrido durante el Neógeno, que con la compresión que formó los Pirineos o las Béticas. Este proceso generó un sistema de bloques levantados (sierras) y hundidos (depresiones) similar al del Sistema Central.

6. Grandes depresiones terciarias (Ebro y Guadalquivir)

A ambos lados de la Meseta se localizan dos extensas zonas hundidas y rellenas de sedimentos: las depresiones del Ebro y del Guadalquivir. Ambas son lo que en geología se conoce como cuencas de antepaís: depresiones formadas por el peso de las grandes cordilleras que se levantaron a su lado durante la orogenia Alpina.

6.1. Depresión del Ebro

La Depresión del Ebro es un amplio triángulo situado en el noreste de la Península, limitado por los Pirineos (norte), el Sistema Ibérico (sur) y las Cordilleras Costero-Catalanas (este). Durante gran parte de la Era Terciaria, fue una cuenca cerrada, una especie de gran lago interior o mar cerrado que recibía los sedimentos erosionados de las montañas circundantes. Por eso, sus materiales son muy variados: conglomerados en los bordes, y arcillas, yesos y sales en el centro.

Hacia el final del Mioceno, la cuenca se abrió paso hacia el Mediterráneo, y el río Ebro y sus afluentes comenzaron a encajarse y a vaciar parte de estos sedimentos, creando un paisaje de relieves tabulares (mesas, muelas) y profundos barrancos. En las zonas donde afloran arcillas y yesos, la erosión fluvial ha creado paisajes espectaculares de badlands (tierras baldías o cárcavas), como en las Bardenas Reales (Navarra).

6.2. Depresión del Guadalquivir

La Depresión del Guadalquivir, en el suroeste, es un valle de forma triangular, abierto al océano Atlántico, que separa Sierra Morena de las Cordilleras Béticas. Al igual que la del Ebro, funcionó como cuenca de antepaís del orógeno Bético-Rifeño. Estuvo ocupada por el mar durante gran parte del Neógeno, rellenándose de sedimentos marinos (margas, arcillas).

A medida que se colmataba, el río Guadalquivir modeló el paisaje, creando amplias campiñas de lomas suaves sobre las arcillas y margas, ideales para la agricultura. En su tramo final, la pendiente es mínima, lo que ha dado lugar a la formación de las extensas marismas del Guadalquivir, un humedal de valor ecológico excepcional en el Parque Nacional de Doñana.

7. Costas y modelado litoral de España

Con casi 8.000 kilómetros de costa, España presenta una enorme diversidad de paisajes litorales. Esta variedad se debe a la combinación de diferentes climas, tipos de roca y dinámicas marinas (oleaje, mareas). Podemos distinguir dos grandes dominios:

  • La costa atlántica y cantábrica: Es una costa más "energética", con fuerte oleaje y mareas muy marcadas. Predominan los acantilados altos y rocosos, excavados directamente en las montañas que llegan hasta el mar. Una forma característica es la rasa, una antigua plataforma de abrasión marina que ha quedado elevada sobre el nivel del mar actual. También son típicas las rías, que son los tramos finales de los valles fluviales que fueron inundados por el mar. Las rías gallegas son el ejemplo más conocido.
  • La costa mediterránea: Generalmente es de baja energía, con mareas poco importantes. Esto favorece la acumulación de sedimentos. Son comunes las playas largas y arenosas, las albuferas (lagunas costeras separadas del mar por un cordón de arena, como la de Valencia), los deltas (depósitos de sedimentos en la desembocadura de los ríos, como el espectacular delta del Ebro) y los tómbolos (barras de arena que unen un islote a la costa, como el de Peñíscola o el de Trafalgar).

Otras formas litorales importantes son las flechas litorales (lenguas de arena que crecen paralelas a la costa, muy comunes en Huelva) y las marismas (llanuras de fango en zonas intermareales, como las de Santoña o Doñana). Finalmente, en muchos lugares se desarrollan importantes sistemas dunares, acumulaciones de arena modeladas por el viento, como las dunas de Corrubedo (Galicia) o las de Maspalomas (Canarias).

8. Relieves de territorios no peninsulares (Islas Canarias y Baleares)

8.1. Islas Canarias: origen y morfologías volcánicas

El archipiélago canario tiene un origen completamente distinto al de la Península. Son islas oceánicas de origen volcánico 🌋, surgidas directamente del fondo del océano Atlántico, sobre la placa Africana. Su formación está ligada a la presencia de un "punto caliente" o a un sistema complejo de fracturas en la corteza que ha permitido el ascenso de magma durante millones de años, un proceso que sigue activo.

Cada isla es, en esencia, un gran edificio volcánico. El relieve está dominado por formas como:

  • Volcanes de diferentes tipos y tamaños, como el imponente Teide en Tenerife, que con sus 3.715 metros es el pico más alto de España.
  • Calderas, que son grandes depresiones circulares formadas por el colapso de antiguos volcanes, como la Caldera de Taburiente en La Palma o la de Las Cañadas en Tenerife.
  • Malpaíses, extensos campos de lava rugosa y de difícil tránsito.
  • Conos volcánicos, barrancos profundos excavados por la erosión y fajanas o deltas de lava, plataformas ganadas al mar por las coladas, como las formadas en la erupción de La Palma en 2021.

8.2. Islas Baleares: rasgos estructurales y formas singulares

A diferencia de las Canarias, el archipiélago balear sí está geológicamente relacionado con la Península. Las islas son la prolongación submarina de las Cordilleras Béticas.

  • Mallorca es la isla más montañosa, con la Serra de Tramuntana al noroeste, una impresionante alineación de cumbres calcáreas (Puig Major, 1.445 m) que es un claro reflejo de la estructura bética. El relieve kárstico (cuevas, torrentes) es muy importante.
  • Menorca es más llana y geológicamente más diversa, con una mitad norte (Tramuntana) formada por materiales paleozoicos más antiguos y una mitad sur (Migjorn) de calizas más recientes.
  • Ibiza y Formentera (las Pitiusas) son también una continuación de las Béticas, con un relieve más suave dominado por materiales terciarios y cuaternarios, donde destacan las formas litorales como playas, dunas y albuferas.

9. Diversidad de paisajes y riesgos geomorfológicos

9.1. Diversidad de paisajes geomorfológicos de España

La compleja historia geológica de España ha dado como resultado una extraordinaria geodiversidad, una de las más ricas de Europa. El Inventario Español de Lugares de Interés Geológico (IELIG) cataloga estos enclaves singulares. Entre los paisajes más representativos destacan:

  • Paisajes kársticos: Modelados por la disolución de rocas como la caliza (en los Picos de Europa o la Serranía de Cuenca) o el yeso (Karst de Sorbas en Almería).
  • Paisajes glaciares: Las huellas de los hielos cuaternarios en las cumbres de Pirineos, Cordillera Cantábrica, Sistema Central y Sierra Nevada.
  • Paisajes volcánicos: Exclusivos y espectaculares en las Islas Canarias, con sus conos, calderas y malpaíses.
  • Paisajes graníticos: Las penillanuras y berrocales del oeste de la Meseta y el Sistema Central.
  • Paisajes de badlands: Las cárcavas y barrancos sobre arcillas en la Depresión del Ebro o las cuencas interiores de las Béticas.
  • Paisajes litorales: La inmensa variedad de acantilados, rías, dunas, deltas y marismas que bordean la Península y las islas.

9.2. Principales riesgos geomorfológicos

Esta misma diversidad geológica y la dinámica activa del territorio generan una serie de riesgos naturales que debemos conocer y gestionar:

  • Inundaciones: Son el riesgo natural de mayor impacto en España. Ocurren tanto por el desbordamiento de ríos en llanuras aluviales como por lluvias torrenciales en ramblas del Mediterráneo ("gota fría") ⛈️.
  • Movimientos de ladera: Deslizamientos, desprendimientos y flujos de lodo son frecuentes en áreas montañosas con fuertes pendientes, materiales inestables y lluvias intensas, como los Pirineos o las Béticas.
  • Subsidencia: Hundimientos del terreno, a menudo causados por la disolución de yesos o sales en el subsuelo (karst), que pueden afectar a infraestructuras. El entorno de Zaragoza es una zona especialmente sensible.
  • Erosión costera: El retroceso de playas y deltas es un problema grave, acelerado por la falta de aporte de sedimentos de los ríos (retenidos en embalses) y el ascenso del nivel del mar. El delta del Ebro es un caso paradigmático.
  • Riesgo volcánico: Se concentra exclusivamente en las Islas Canarias, que son una zona volcánicamente activa. La erupción de La Palma en 2021 es un recordatorio de este riesgo.
  • Desertificación: La pérdida de suelo fértil por la erosión es un grave problema en gran parte del sureste peninsular, debido a la aridez del clima, las lluvias torrenciales y, en ocasiones, un manejo inadecuado del territorio.

Para la gestión de estos riesgos, España cuenta con herramientas como los Planes de Gestión del Riesgo de Inundación, mapas de susceptibilidad a movimientos de ladera o el Plan Especial de Protección Civil ante Riesgo Volcánico de Canarias (PEVOLCA). La conservación de nuestro patrimonio geológico se impulsa a través de figuras como los Geoparques Mundiales de la UNESCO, que combinan la protección con el desarrollo local sostenible.

Glosario

Albufera

Laguna litoral de aguas someras, mayoritariamente dulces, que está separada del mar por un cordón de arena o restinga que puede tener una o varias comunicaciones con el mar.
Ejemplo en España: La Albufera de Valencia es el ejemplo más emblemático. [Volver al texto]

Badlands

Término inglés que significa "tierras malas". Describe un tipo de paisaje muy erosionado, formado sobre materiales blandos como arcillas o margas, en climas con lluvias escasas pero torrenciales. Se caracteriza por la abundancia de cárcavas y barrancos.
Ejemplo en España: Las Bardenas Reales (Navarra) o el Desierto de Tabernas (Almería). [Volver al texto]

Berrocal

Paisaje granítico formado por la acumulación de grandes rocas de granito con formas redondeadas, llamadas bolos. Se origina por la meteorización del granito a través de sus fracturas (diaclasas) y el posterior arrastre de los materiales más finos.
Ejemplo en España: La Pedriza, en la Sierra de Guadarrama (Madrid), o el Monumento Natural de Los Barruecos (Cáceres). [Volver al texto]

Caldera (volcánica)

Gran depresión de forma circular u ovalada, de varios kilómetros de diámetro, formada por el hundimiento o colapso de la cima de un gran volcán tras una erupción masiva. No debe confundirse con un cráter, que es mucho más pequeño.
Ejemplo en España: La Caldera de Taburiente (La Palma) o la de Las Cañadas del Teide (Tenerife). [Volver al texto]

Campiña

Llanura baja o llanura de lomas suaves modelada sobre materiales sedimentarios blandos como arcillas y margas. Suelen ser terrenos muy fértiles dedicados a la agricultura.
Ejemplo en España: La campiña del Guadalquivir (Andalucía) o la de la comarca de Tierra de Campos (Castilla y León). [Volver al texto]

Circo glaciar

Depresión rocosa con forma de anfiteatro o semicírculo, situada en la cabecera de un antiguo valle glaciar. Es el lugar donde se acumulaba la nieve que, por compactación, se convertía en hielo y daba origen al glaciar.
Ejemplo en España: El Circo de Gredos (Ávila, Castilla y León) o el Circo de Peñalara (Madrid/Segovia). [Volver al texto]

Cuenca de antepaís

Depresión alargada que se forma en paralelo a una cordillera en levantamiento. El enorme peso de la nueva cadena montañosa hunde la corteza terrestre a su lado, creando una cuenca que se va rellenando con los sedimentos erosionados de dicha cordillera.
Ejemplo en España: La Depresión del Ebro es la cuenca de antepaís de los Pirineos, y la del Guadalquivir, la de las Cordilleras Béticas. [Volver al texto]

Delta

Depósito de sedimentos (arenas, limos, arcillas) que un río acumula en su desembocadura. Se forma cuando el río aporta más material del que el mar es capaz de redistribuir, ganando terreno al mar.
Ejemplo en España: El delta del Ebro (Tarragona) es el más importante de la España peninsular. [Volver al texto]

Endorreico

Término que describe una cuenca hidrográfica cuyas aguas no tienen salida al mar. Los ríos y arroyos vierten sus aguas en un lago o laguna central, que se evapora.
Ejemplo en España: La Laguna de Gallocanta (Zaragoza/Teruel) o la antigua cuenca del Duero antes de su apertura al Atlántico. [Volver al texto]

Fajana

Término de origen canario para designar una plataforma de terreno llano y bajo ganada al mar. Generalmente se forma cuando una colada de lava volcánica llega a la costa y se solidifica.
Ejemplo en España: Las fajanas creadas por la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma en 2021. [Volver al texto]

Falla

Fractura en las rocas de la corteza terrestre a lo largo de la cual se produce un desplazamiento de los bloques rocosos. Son las estructuras que originan los terremotos y relieves de tipo germánico (horst y graben).
Ejemplo en España: La falla de Alhama de Murcia o las fallas que delimitan el Sistema Central. [Volver al texto]

Flecha litoral

Cordón o lengua de arena que se forma por la acumulación de sedimentos transportados por las corrientes marinas paralelas a la costa. Suele crecer desde una punta de la costa hacia el interior de una bahía o estuario.
Ejemplo en España: La Flecha de El Rompido (Huelva) o la Manga del Mar Menor (Murcia), que es una doble flecha. [Volver al texto]

Graben

Bloque de la corteza terrestre que se encuentra hundido con respecto a los bloques adyacentes (horst), debido a un sistema de fallas paralelas. Forma depresiones alargadas o valles tectónicos.
Ejemplo en España: El valle de Amblés (Ávila, Castilla y León) o la Depresión Prelitoral Catalana. [Volver al texto]

Horst

Bloque de la corteza terrestre que se encuentra levantado con respecto a los bloques hundidos adyacentes (graben), debido a un sistema de fallas. Forma sierras o macizos elevados.
Ejemplo en España: Las sierras del Sistema Central (Gredos, Guadarrama) son grandes horsts. [Volver al texto]

Macizo Hespérico

También llamado Macizo Ibérico. Es el núcleo más antiguo de la Península Ibérica, formado por rocas del Paleozoico que fueron plegadas durante la orogenia Varisca. Constituye el zócalo rígido sobre el que se asienta la Meseta.
Ejemplo en España: Aflora extensamente en Galicia, el oeste de Castilla y León, Extremadura y la Sierra Morena. [Volver al texto]

Malpaís

Término de origen canario que describe un terreno abrupto, árido y de difícil tránsito, formado por la solidificación de coladas de lava de tipo 'aa' (rugosas y fragmentadas).
Ejemplo en España: El Parque Nacional de Timanfaya (Lanzarote) contiene extensos malpaíses. [Volver al texto]

Marisma

Terreno llano, bajo y pantanoso que se localiza junto a la desembocadura de un río o en una bahía protegida, y que es invadido por las aguas durante la marea alta (pleamar).
Ejemplo en España: Las Marismas del Guadalquivir, en el Parque Nacional de Doñana, o las Marismas de Santoña (Cantabria). [Volver al texto]

Meseta

Extensa superficie plana o ligeramente ondulada, elevada a una altitud considerable sobre el nivel del mar. Es la unidad fundamental del relieve de la Península Ibérica.
Ejemplo en España: Se divide en Submeseta Norte (cuenca del Duero) y Submeseta Sur (cuencas del Tajo y Guadiana). [Volver al texto]

Modelado kárstico

Conjunto de formas de relieve creadas por la disolución de rocas solubles, principalmente la caliza. Incluye formas superficiales (lapiaces, dolinas, cañones) y subterráneas (cuevas, simas, galerías).
Ejemplo en España: El Torcal de Antequera (Málaga), la Ciudad Encantada de Cuenca o el macizo de los Picos de Europa. [Volver al texto]

Morrena

Acumulación de rocas, arena y arcilla (llamada till) transportada y depositada por un glaciar. Existen morrenas laterales (a los lados del glaciar), centrales y frontales (en el extremo final de la lengua de hielo).
Ejemplo en España: Se pueden observar morrenas muy bien conservadas en los valles de los Pirineos y en el entorno de la Laguna Grande de Gredos (Ávila). [Volver al texto]

Orogenia

Proceso geológico de larga duración (millones de años) durante el cual se forman las cordilleras y montañas debido a la deformación y plegamiento de la corteza terrestre, generalmente por la colisión de placas tectónicas.
Ejemplo en España: La orogenia Varisca formó el Macizo Hespérico y la orogenia Alpina levantó los Pirineos y las Béticas. [Volver al texto]

Penillanura

Superficie de relieve muy suave y casi plano, con ligeras ondulaciones, resultado de un proceso de erosión muy prolongado sobre un antiguo macizo montañoso hasta su casi total arrasamiento.
Ejemplo en España: Las penillanuras de Zamora y Salamanca (Castilla y León) y la penillanura extremeña. [Volver al texto]

Placa tectónica

Cada una de las enormes y rígidas planchas de roca que forman la capa más externa de la Tierra (la litosfera) y que se desplazan lentamente sobre el manto superior, más fluido. Sus interacciones (choque, separación) son la causa de las orogenias, los terremotos y el vulcanismo.
Ejemplo en España: La Península Ibérica se sitúa en la zona de colisión entre la placa Euroasiática y la placa Africana. [Volver al texto]

Raña

Formación sedimentaria típica del piedemonte de algunas sierras. Es una superficie casi plana, ligeramente inclinada, formada por la acumulación de cantos de cuarcita y otros materiales arrastrados por sistemas fluviales en el Plioceno-Cuaternario.
Ejemplo en España: Son muy características al sur de los Montes de Toledo y en el piedemonte del Sistema Central. [Volver al texto]

Rasa

Plataforma rocosa litoral, casi plana y ligeramente inclinada hacia el mar, que es el resultado de la erosión marina (abrasión) sobre un acantilado. Muchas rasas han quedado elevadas sobre el nivel del mar actual por movimientos tectónicos o cambios eustáticos.
Ejemplo en España: La rasa costera es muy visible en el litoral de Asturias y Galicia (ej. Ribadeo). [Volver al texto]

Relieve apalachense

Tipo de relieve formado por la erosión diferencial sobre una antigua cordillera plegada. Las rocas duras (como las cuarcitas) resisten y forman sierras o crestas alargadas y paralelas, mientras que los materiales blandos (pizarras) se desgastan formando valles intermedios.
Ejemplo en España: Es el relieve característico de los Montes de Toledo y de algunas zonas del Macizo Galaico-Leonés. [Volver al texto]

Relieve germánico

Estilo de relieve que se produce cuando un zócalo rígido es sometido a fuerzas de compresión y, en lugar de plegarse, se fractura en un mosaico de bloques que se levantan (horst) y se hunden (graben) a través de fallas.
Ejemplo en España: Es el relieve típico del Sistema Central y del Sistema Ibérico. [Volver al texto]

Ría

Tramo final de un valle fluvial que ha sido invadido por el mar debido a un ascenso del nivel del mar o a un hundimiento de la costa. Son muy características de la costa atlántica.
Ejemplo en España: Las Rías Baixas y las Rías Altas en Galicia son los ejemplos más conocidos. [Volver al texto]

Tómbolo

Barra o cordón de arena que une un antiguo islote rocoso a la costa. Puede ser simple (una barra) o doble (dos barras con una pequeña laguna en medio).
Ejemplo en España: El tómbolo de Peñíscola (Castellón) o el de Trafalgar (Cádiz). [Volver al texto]

Zócalo

Plataforma rígida formada por rocas muy antiguas (generalmente paleozoicas), que fueron plegadas y metamorfizadas durante orogenias antiguas y que posteriormente fueron erosionadas hasta formar una penillanura. Actúa como el "cimiento" sobre el que se asientan materiales más modernos.
Ejemplo en España: El Macizo Hespérico es el zócalo de la Meseta. [Volver al texto]