Nivel: 2.º de Bachillerato · Edición: 15 de septiembre de 2025
Mapa topográfico de España
1. Situación y marco geodinámico de España
España se emplaza en el extremo suroccidental de Europa, en la zona de interacción entre las placas Euroasiática y Africana, con la microplaca Ibérica integrada hoy en la Euroasiática y un límite de placas complejo que, hacia el suroeste, sigue la zona de fractura Azores–Gibraltar. Esta configuración explica la elevada actividad sismotectónica del Mediterráneo occidental y condiciona los grandes relieves peninsulares. La convergencia África–Eurasia en el sector occidental mediterráneo es lenta (del orden de ~4 mm/año), organizada en un mosaico de segmentos convergentes, extensionales y de desgarre.[12]
El armazón más antiguo del territorio es el Macizo Ibérico (o Hespérico), un basamento paleozoico resultado de la orogenia Varisca (Hercínica), ligada a la colisión de Gondwana y Laurasia durante el final del Paleozoico y la construcción de Pangea. Ese evento produjo plegamientos, metamorfismo y extensos granitoides, cuyos restos erosionados afloran ampliamente en la mitad occidental peninsular y actúan como zócalo rígido de la Meseta.[2][3]
Tras la fragmentación de Pangea y la apertura del Atlántico, la evolución alpina (Cenozoico) reorganizó el relieve ibérico. La convergencia entre Iberia–Europa y África generó un campo compresivo responsable del levantamiento de los Pirineos al norte y de las Cordilleras Béticas al sur, mientras que en el interior peninsular se reactivaron estructuras y se invirtieron cuencas mesozoicas (p. ej., Sistema Ibérico), dando lugar a relieves intraplaca.[12][13]
La historia cinemática incluye fases de rotación y traslación de la microplaca Ibérica y la apertura del golfo de Bizkaia durante el Cretácico, procesos que contribuyeron al acoplamiento posterior y a la construcción de los Pirineos. En síntesis, el relieve español es el resultado de la superposición de dos grandes ciclos orogénicos: el varisco, que aporta el basamento paleozoico de la Meseta, y el alpino, que edifica los bordes orogénicos (Pirineos y Béticas) e induce la reactivación intraplaca (Ibérico, Sistema Central, Sierra Morena), todo ello modulado por una convergencia África–Eurasia lenta pero persistente vigente en la actualidad.[1][12]
2. La Meseta y su zócalo paleozoico (Macizo Hespérico)
La Meseta ocupa el centro peninsular y se apoya, en su mitad occidental y sectores centrales, sobre el zócalo paleozoico del Macizo Ibérico (o Hespérico), heredado de la orogenia Varisca. Como gran superficie elevada, se organiza en Submeseta Norte (altitud media > 700 m, cuenca del Duero) y Submeseta Sur (≈ 600 m, compartimentada por los Montes de Toledo entre Tajo y Guadiana), lo que explica su papel como techo del relieve español y su fuerte control sobre redes fluviales y climas interiores.[1]
El Macizo Ibérico constituye el armazón más antiguo del territorio y aflora ampliamente en el occidente de la Meseta (Galicia, Zamora, Salamanca, Cáceres, Ávila…). Desde el punto de vista geológico se subdivide en varias zonas estructurales variscas dispuestas, a grandes rasgos, de NE a SO: Zona Cantábrica, Zona Asturoccidental-Leonesa, Zona de Galicia-Trás-os-Montes, Zona Centroibérica, Zona de Ossa-Morena y Zona Surportuguesa. Esta zonación, aceptada en la literatura especializada, ayuda a entender los contrastes litológicos y morfoestructurales que emergen en la Meseta.[2][3]
La litología dominante del zócalo meseteño combina materiales metamórficos (esquistos, gneises, cuarcitas) y un plutonismo granítico varisco muy desarrollado (batolitos y plutones), especialmente en la Zona Centroibérica (por ejemplo, el Batolito de Ávila–Gredos y numerosos cuerpos graníticos en Salamanca y Cáceres). Esta composición condiciona un relieve de montañas medias de cumbres redondeadas y amplias superficies aplanadas sobre las que se encaja la red hidrográfica.[5]
Sobre ese basamento, la penillanura —“terreno casi llano, con leves ondulaciones, resultado de la erosión de una zona montañosa”— constituye la forma regional clave del oeste meseteño (Trujillo-Cáceres, penillanura salmantina), con montes isla de cuarcita y afloramientos graníticos. El caso del Monumento Natural de Los Barruecos (Malpartida de Cáceres) es paradigmático: un paisaje de berrocales y bolos graníticos modelados por meteorización profunda y desmantelamiento, reconocido como Lugar de Interés Geológico.[6]
El modelado granítico de la Meseta genera geoformas muy didácticas (domos, bolos y berrocales, tafoni, diaclasas abiertas y lanchares), visibles en enclaves del Sistema Central y en las penillanuras occidentales. Estudios recientes en paisajes graníticos de la Meseta —como Ulaca (Ávila)— documentan la estrecha relación entre estructura (diaclasado), meteorización y formas, proporcionando ejemplos actuales para comprender cómo el sustrato varisco controla la geomorfología.[7]
La diferenciación litológica explica asimismo contrastes locales notables: donde dominan cuarcitas ordovícicas muy competentes se levantan crestas alineadas de estilo “apalachense” (p. ej., en Monfragüe), mientras que sobre granitos o pizarras predominan relieves más suaves. En el oeste de la Meseta, la incisión fluvial tardía sobre la penillanura ha tallado gargantas y cañones como los Arribes del Duero, un gran corredor de encajamiento fluvial que corta el zócalo paleozoico y muestra, en sección, la arquitectura del basamento.[8]
Finalmente, a escala peninsular, la fracción ocupada por el Macizo Ibérico se caracteriza mayoritariamente por llanuras y penillanuras (clases de baja a media energía de relieve), con intercalación de altiplanicies y sierras residuales, lo que subraya su condición de zócalo erosionado posteriormente levantado y rejuvenecido durante la reorganización alpina.[1]
Cañón fluvial Arribes del Duero
3. Relieves interiores de la Meseta: Sistema Central y Montes de Toledo
El Sistema Central es el gran eje montañoso que divide la Meseta en dos subunidades (Submeseta Norte y Sur) y constituye, junto con los Montes de Toledo, el armazón del relieve interior peninsular. En términos geodinámicos, el Sistema Central es una cordillera intraplaca alpina donde se reactiva el basamento varisco y se levantan bloques limitados por fallas (relieve “germánico” de horst y graben), pauta que explica su compartimentación en sierras y fosas intramontañosas.[9]
3.1. El Sistema Central: bloques levantados sobre basamento varisco
El Sistema Central se organiza en varios macizos (p. ej., Gredos, Guadarrama y Ayllón), con cumbres culminantes como el Almanzor (2.591 m) en Gredos y Peñalara (2.428 m) en Guadarrama; también destacan Cabeza de Hierro Mayor (2.381 m) y el Pico del Lobo (2.272 m).[4]
Desde el punto de vista estructural, se trata de bloques de basamento elevados por fallas inversas durante la orogenia alpina, con fosas asociadas que alojan cuencas intramontañosas. Es un caso típico de deformación alpina intraplaca en la Península Ibérica.[9]
La litología dominante en amplios sectores (p. ej., Gredos) es granítica (batolitos y complejos anatécticos variscos), con intrusiones hercínicas bien estudiadas en el Batolito de Ávila–Gredos y unidades migmatíticas asociadas, lo que condiciona formas como domos y crestas de canchales.[5]
Esta arquitectura en horst–graben se refleja en ejemplos clásicos como el valle de Amblés (Ávila), interpretado como graben encajado entre bloques elevados (horst) de la Sierra de Ávila y La Paramera.[9]
3.2. Modelado glaciar y periglaciar en el Sistema Central
Durante el Cuaternario, sectores altos de Gredos y Guadarrama registraron glaciarismo con circos, morrenas y lagunas: en Guadarrama (Peñalara) se conservan restos glaciares y procesos periglaciares activos; en Gredos, los circos de Gredos y de Cinco Lagunas y los valles del Duque–Trampal–Endrinal muestran rasgos bien preservados; la Laguna Grande de Gredos y sus morrenas son referentes didácticos.[31][32]
3.3. Los Montes de Toledo: relieve apalachense sobre materiales paleozoicos
Más al sur, los Montes de Toledo forman una alineación de montañas medias–bajas que separan las cuencas del Tajo y del Guadiana, actuando como umbral estructural entre ambas. Presentan crestas cuarcíticas y valles paralelos con relieve apalachense (control litológico‑estructural de pliegues variscos exhumados y rejuvenecidos en la etapa alpina). El Geoparque Mundial UNESCO Villuercas‑Ibores‑Jara reconoce explícitamente este modelo y sitúa su cota máxima en el Risco de la Villuerca (1.601 m).[36]
En los piedemontes meridionales y sectores adyacentes se desarrollan las rañas, glacis con depósitos conglomeráticos de edad plio‑cuaternaria, interpretadas como abanicos aluviales coalescentes que colmatan rebordes y pasos entre sierras (casos modélicos: Cañamero–Valdecaballeros; Retuerta), inventariadas como LIG por el IGME.[28]
3.4. Síntesis comparada
En el Sistema Central predomina un relieve de bloques (horst–graben) por reactivación alpina del zócalo hercínico, con importante modelado glaciar en las cumbres; en los Montes de Toledo domina el relieve apalachense sobre series paleozoicas fuertemente competentes (cuarcitas), con piedemontes de rañas y papel de umbral hidrográfico entre Tajo y Guadiana. Ambas unidades, aunque diferentes en estilo, forman parte de la reorganización alpina del interior meseteño.[9][36]
4. Rebordes y unidades periféricas de la Meseta (Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Sierra Morena)
En torno a la Meseta se disponen tres rebordes montañosos que la aíslan de las influencias marítimas y organizan el drenaje peninsular: Cordillera Cantábrica (N), Sistema Ibérico (E) y Sierra Morena (S). Son relieves mayoritariamente alpinos por su rejuvenecimiento cenozoico sobre estructuras variscas previas, y constituyen claves para entender los contrastes climáticos y paisajísticos entre el interior y las periferias.[1]
4.1. Cordillera Cantábrica
La Cantábrica forma una muralla paralela al Cantábrico que cierra la Meseta por el norte. Estructuralmente combina un occidente varisco (Astur‑Galaico) y un oriente alpino (Vasco‑Cantábrico), con fuerte levantamiento cenozoico; en su sector central destacan los Picos de Europa, construidos sobre calizas carboníferas con relieve kárstico de alta montaña y huellas glaciares cuaternarias. Su cota máxima es Torre Cerredo (2.648 m).[29][10]
En términos morfológicos, el frente septentrional presenta grandes desniveles y valles encajados hacia el mar, mientras que al sur desciende hacia parameras y cuencas del interior meseteño; el karst de Cornión (Picos de Europa) está inventariado como LIG/Geosite por el IGME.[28]
4.2. Sistema Ibérico
El Sistema Ibérico es una cordillera intraplaca alpina de orientación general NW–SE, organizada en dos ramas (aragonesa y castellana) separadas por cuencas terciarias (Calatayud y Almazán). Su máxima altitud es el Moncayo (2.315 m), y actúa como divisoria entre la Meseta y la Depresión del Ebro, condicionando gradientes climáticos y de vegetación.[13]
El relieve combina sierras calcáreas, parameras elevadas y cuencas neógeno‑cuaternarias; destaca la endorreica Laguna de Gallocanta, un sistema kárstico‑salino en el fondo de una cuenca cerrada situada en torno a 1.000 m de altitud.[1]
La tectónica cenozoica incluye fallas normales activas que delimitan grabens como el del Jiloca, lo que explica valles lineales, escarpes y rellenos neógenos asociados.[13][14]
4.3. Sierra Morena
Más que una cadena plegada continua, Sierra Morena es un reborde estructural de basamento paleozoico que separa en resalte a la Meseta de la Depresión del Guadalquivir; se configura como escarpe tectónico/flexural con valles encajados y pasos históricos como Despeñaperros.[11]
5. Unidades exteriores a la Meseta (Pirineos, Cordilleras Béticas y Sistemas Costero‑Catalanes)
Las grandes cordilleras exteriores al ámbito meseteño se edifican durante la orogenia alpina como respuesta a la convergencia entre Iberia‑Europa y África, y se articulan con sendas cuencas de antepaís: la Depresión del Ebro al pie de los Pirineos y la Depresión del Guadalquivir al frente de las Béticas; al NE, los Sistemas Costero‑Catalanes expresan sobre todo la tectónica extensiva neógena a lo largo del margen mediterráneo ibérico.[12][13]
5.1. Pirineos
La cordillera pirenaica se extiende del Cap de Creus (Mediterráneo) al Golfo de Bizkaia, con más de 400 km de longitud E–O y hasta 150 km de anchura en su parte central; conserva altas cumbres (varias >3.000 m) y pequeños glaciares relictos. Su arquitectura es casi simétrica, con una Zona Axial de rocas paleozoicas (granitos y metamórficas fuertemente plegadas) y cubiertas meso‑cenozoicas discordantes; hacia los flancos se disponen los cinturones de cabalgamientos nor‑pirenaico y sur‑pirenaico, este último en transición a la cuenca de antepaís del Ebro. La cumbre culminante es el Aneto (3.404 m).[12][4]
5.2. Cordilleras Béticas
Las Béticas forman, junto con el Rif, un arco orogénico en torno al mar de Alborán; combinan Zonas Internas (Dominio de Alborán) con metamorfismo de alto grado y señales de extensión tardo‑orogénica, y Zonas Externas (Prebético y Subbético) con grandes mantos de cabalgamiento dirigidos hacia la cuenca del Guadalquivir.[13]
Al pie de la cordillera se desarrolla la Depresión del Guadalquivir, interpretada como cuenca de antepaís cuyo relleno neógeno‑cuaternario refleja la migración del frente bético; esta condición foreland está documentada en síntesis del IGME y la SGE.[17]
5.3. Sistemas Costero‑Catalanes
El Sistema Costero‑Catalán está formado por dos alineaciones paralelas —Cordillera Litoral (adyacente al mar) y Cordillera Prelitoral— separadas por la Depresión Prelitoral; hacia el interior enlaza con el borde S de la cuenca del Ebro. Su evolución cenozoica registra una tectónica extensiva neógena que generó cuencas tipo half‑graben como la del Vallès‑Penedès, con fallas normales activas desde el Mioceno temprano y rellenos neógenos.[21]
6. Grandes depresiones terciarias (Ebro y Guadalquivir)
Ambas depresiones son cuencas cenozoicas formadas al pie de orógenos alpinos: la del Ebro frente a los Pirineos y la del Guadalquivir ante las Béticas. En términos tectono‑sedimentarios, son cuencas de antepaís (foreland) cuyo relleno registra la carga de los cinturones de cabalgamientos y su posterior evolución geomorfológica bajo condiciones mediterráneas.[15][17]
6.1. Depresión del Ebro
La Depresión del Ebro ocupa el noreste peninsular, limitada por Pirineos al N, Sistema Ibérico al SE y Sistemas Costero‑Catalanes al E; su cuenca hidrográfica (85.534 km²) es la más extensa de España.[38]
Desde el Oligoceno superior–Mioceno, funcionó como cuenca de antepaís del orógeno pirenaico, con subsidencia flexural y relleno de materiales marinos, detríticos y evaporíticos; durante buena parte del Cenozoico central fue endorreica y, hacia el final del Mioceno, la cuenca se abrió al Mediterráneo, iniciándose una fuerte incisión fluvial y el encajamiento de escaleras de terrazas. Destacan badlands y relieves tabulares sobre arcillas y yesos (p. ej., Bardenas Reales).[16]
6.2. Depresión del Guadalquivir
La Depresión del Guadalquivir es una depresión alargada ENE–OSO que separa Sierra Morena (N) de las Béticas (S) y se abre al Golfo de Cádiz; desde el Neógeno funcionó como cuenca de antepaís del arco Bético‑Rifeño y su relieve actual muestra campiñas, cuestas y mesas, y, en el tramo bajo, las marismas del Guadalquivir (área de Doñana).[17]
Badlands de Bardenas Reales
7. Costas y modelado litoral de España
7.1. Rasgos generales y contraste entre fachadas
El litoral español muestra una gran diversidad por la combinación de dominios climáticos (atlántico, mediterráneo y macaronésico), litologías y condiciones oceanográficas; por ello conviven acantilados y rasas, playas y dunas, marismas, albuferas, estuarios/rías y deltas. En conjunto, la fachada cantábrica‑atlántica es más energética (oleaje y mareas más marcadas) y favorece formas rocosas (acantilados, rasas elevadas) y grandes sistemas estuario‑marisma‑flecha, mientras la mediterránea —más micro‑mareal— presenta con frecuencia barras arenosas, albuferas y deltas sensibles a la disponibilidad sedimentaria.[1][39]
7.2. Rías atlánticas
Las rías son valles fluviales excavados que han sido invadidos por el mar por subida eustática y/o hundimiento costero, con ejemplos clásicos en Galicia (Rías Altas y Bajas) y sectores del Cantábrico; el Atlas Nacional/IGN recoge su definición y numerosos casos didácticos. Como forma asociada, la rasa costera de Ribadeo (Asturias‑Galicia) es una superficie de abrasión marina elevada inventariada como LIG.[18]
7.3. Marismas y estuarios
En la fachada atlántica son característicos los estuarios con marismas (zonas intermareales lodosas y arenosas con vegetación halófila). El sistema de Doñana (bajo Guadalquivir) integra flecha litoral, cordones dunares y marismas y es un referente holoceno de regularización de línea de costa; está inventariado por IGME‑CSIC como LIG.[19]
7.4. Albuferas mediterráneas
Las albuferas son lagunas litorales separadas del mar por una barra/restinga arenosa. La Albufera de Valencia se originó a partir de un antiguo golfo marino cerrado progresivamente por cordones litorales.[40]
7.5. Flechas litorales y barras
Las flechas litorales son barras arenosas elongadas que crecen por transporte litoral; España ofrece ejemplos sobresalientes en el Golfo de Cádiz: Flecha de Doñana, El Rompido y Punta Umbría, todos ellos inventariados como LIG por IGME‑CSIC.[19]
7.6. Tómbolos
Los tómbolos unen por arena un islote a la costa; el Tómbolo de Trafalgar (Cádiz) es un caso emblemático, con desarrollo de tómbolo doble y sistemas dunares asociados, inventariado como LIG y Monumento Natural.[20]
7.7. Deltas (con especial atención al del Ebro)
Los deltas se forman por acumulación fluvio‑marina donde el aporte sólido del río supera la capacidad de redistribución marina. El delta del Ebro es el mayor delta activo del Mediterráneo occidental español, con una plataforma emergida baja, barras y flechas muy dinámicas; la administración española ha aprobado un Plan para la protección del delta que detalla procesos de retroceso, subsidencia y subida del nivel del mar, así como medidas de gestión de sedimentos y adaptación.[22][23]
7.8. Dunares y otros modelados litorales
Los sistemas dunares (móviles y fósiles) son formas eólicas vinculadas a playas con alto suministro de arena; hay campos dunares destacados en Cantabria, Asturias, Galicia y Andalucía (p. ej., Matalascañas–Abalario y Doñana), muchos de ellos inventariados en el IELIG. En la costa cantábrica abundan también los acantilados activos y las plataformas de abrasión (rasas), con ejemplos didácticos como As Catedrais (Lugo).[28]
Delta del Ebro desde satélite
8. Relieves de territorios no peninsulares (Islas Canarias y Baleares)
8.1. Islas Canarias: origen y morfologías volcánicas
El archipiélago canario es un conjunto de islas oceánicas de origen volcánico asentadas sobre litosfera jurásica de la placa africana, en un contexto intraplaca que explica su actividad volcánica reciente y actual. La sismicidad y el vulcanismo se relacionan tanto con la dinámica regional (fallamiento en la margen atlántica de África) como con un suministro magmático persistente de tipo intraplaca; en Tenerife, la caldera de Las Cañadas y el edificio Teide–Pico Viejo dominan la morfología, y el Pico del Teide (3.715 m) es la máxima cota de España.[26]
En Lanzarote, el Parque Nacional de Timanfaya preserva un gran campo de lavas históricas (erupción fisural de 1730–1736; episodios en 1824). En La Palma, la dorsal de Cumbre Vieja registró la erupción de 2021, que comenzó el 19 de septiembre y se declaró finalizada el 25 de diciembre (85 días y 8 horas), generando fajanas y notables cambios geomorfológicos.[24]
8.2. Islas Baleares: rasgos estructurales y formas singulares
Las Baleares constituyen la parte emergida del Promontorio Balear, prolongación hacia el NE de las Cordilleras Béticas; forman, junto con éstas, el dominio Bético‑Balear, de naturaleza alpina. En Mallorca, la Serra de Tramuntana —cadena paralela a la costa NW— está edificada principalmente con calizas y dolomías mesozoicas intensamente fracturadas y karstificadas; su máxima altitud es el Puig Major (1.445 m). Menorca muestra una notable diversidad litológica y geomorfológica, con tramos de costa desarrollados sobre rocas paleozoicas y mesozoicas; en las Pitiusas (Ibiza y Formentera) afloran ampliamente materiales miocenos y cuaternarios con terrazas marinas, barras y dunas.[1]
Panorámica del Teide
9. Diversidad de paisajes y riesgos geomorfológicos
9.1. Diversidad de paisajes geomorfológicos de España
La geodiversidad española se reconoce oficialmente a través del Inventario Español de Lugares de Interés Geológico (IELIG), que cataloga y valora sitios representativos de procesos y formas —herramienta básica para su gestión y conservación— bajo el marco de la Ley 42/2007.[28]
En el dominio kárstico en calizas, los Picos de Europa constituyen la mayor formación caliza de la Europa atlántica, con simas profundas, redes subterráneas activas y relieve glaciokárstico bien desarrollado; entre los kársts evaporíticos, el Karst en Yesos de Sorbas (Almería) muestra cientos de cavidades y conductos en yesos miocenos (Cueva del Agua, >8 km). La glaciación cuaternaria dejó circos, arcos morrénicos y lagunas en montañas medias‑altas: en Peñalara (Guadarrama) se conservan depósitos y formas glaciares (con procesos periglaciares actuales); en Sierra Nevada se preservan formas glaciares y periglaciares relictas. El paisaje volcánico de Canarias aporta calderas, conos, malpaíses y deltas lávicos recientes; los modelados fluviales y arcillosos incluyen badlands sobre arcillas y margas (p. ej., Bardenas); en el litoral, la dinámica costera crea flechas y marismas (p. ej., Doñana).[29][30][31][32][24][16][19]
9.2. Principales riesgos geomorfológicos
Las inundaciones son el riesgo natural más frecuente y con mayor impacto económico en España; su análisis y gestión se articulan mediante el Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables (SNCZI) y los Planes de Gestión del Riesgo de Inundación (PGRI) 2022–2027.[33][34]
La peligrosidad por movimientos de ladera se evalúa con inventarios y mapas de susceptibilidad desarrollados por el IGME y otras administraciones, útiles para la planificación territorial.[27]
En áreas urbanas sobre evaporitas (yesos y sales), la subsidencia kárstica genera dolinas de subsidencia y colapsos puntuales; el entorno de Zaragoza es un caso clásico documentado y con implicaciones para el urbanismo.[21]
En la costa, el retroceso de línea de costa e inundación marina se incrementan por la combinación de déficit sedimentario, subsidencia y ascenso del nivel del mar; el Plan para la protección del delta del Ebro sintetiza presiones y medidas (gestión de sedimentos, adaptación del borde litoral).[22]
El riesgo volcánico en Canarias se gestiona con el PEVOLCA (plan especial de protección civil) y el seguimiento científico del IGN (sismicidad, deformación, gases).[25][26]
La desertificación y la erosión hídrica‑eólica afectan a amplias zonas áridas y semiáridas; España dispone del Plan de Implementación 2025–2027 de la ENLD publicado en el BOE.[35]
9.3. Gestión territorial, didáctica y geoconservación
El IELIG proporciona fichas, visor y criterios de evaluación que permiten integrar el patrimonio geomorfológico (karst, dunas, rasas, badlands, volcanes) en la planificación y la educación ambiental.[28]
La Red de Geoparques Mundiales UNESCO en España impulsa la protección de paisajes geológicos singulares y el desarrollo local mediante educación y geoturismo, reforzando la geoconservación.[36][37]
Bibliografía
- IGN (s. f.). Las grandes unidades del relieve peninsular. Atlas Nacional de España. https://educativo.ign.es/atlas-didactico/relieve-bach/las_grandes_unidad.... Consultado el 22‑08‑2025.
- IGME (ca. 2006). Geología de España (SGE‑IGME). Síntesis del Macizo Ibérico y su zonación. Consultado el 22‑08‑2025.
- IGME (2006–2021). Memorias y cartografía GEODE/MAGNA sobre el Macizo Ibérico. Consultado el 22‑08‑2025.
- IGN (s. f.). Altitudes y relieve (ANE y cartografía general). Consultado el 22‑08‑2025.
- IGME (2021–2023). Memorias MAGNA/GEODE sobre batolitos variscos (Batolito Ávila–Gredos) y materiales metamórficos de la Zona Centroibérica. Consultado el 22‑08‑2025.
- IGME (s. f.). IELIG: berrocales graníticos de Los Barruecos y penillanuras occidentales. https://info.igme.es/ielig. Consultado el 22‑08‑2025.
- Ruiz‑Pedrosa, R. M., et al. (2023). Granite Landscapes and Landforms in the Castro de Ulaca Site (Ávila). Sustainability, 15(13), 10470. https://www.mdpi.com/2071-1050/15/13/10470.
- IGME (s. f.). IELIG: CI056 Arribes del Duero. https://info.igme.es/ielig/LIGInfo.aspx?codigo=CI056.
- IGN (s. f.). Sismotectónica del Sistema Central e Ibérico. https://www.ign.es/web/resources/sismologia/tproximos/sismotectonica/.
- Wikimedia Commons (2023). Spain topo.jpg. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Spain_topo.jpg.
- IGME (s. f.). IELIG: Desfiladero de Despeñaperros y relieves apalachenses de cuarcitas ordovícicas. https://info.igme.es/ielig.
- IGN (s. f.). Zona Pirenaica y Mediterráneo occidental (síntesis sismotectónica). https://www.ign.es/web/resources/sismologia/tproximos/sismotectonica.
- IGN (s. f.). El Sistema Ibérico y las Béticas (síntesis). https://www.ign.es/web/resources/sismologia/tproximos/sismotectonica/.
- Nebot, M., et al. (2016). The Maestrat Basin… Geologica Acta, 14(2), 179–200. https://revistes.ub.edu/index.php/GEOACTA/article/view/GeologicaActa2016....
- CHE (2024). Estrategia para la gestión integral de sedimentos en la demarcación del Ebro. https://portal.chebro.es/estrategia-gisdhe.
- IGME (s. f.). IELIG: EB021 Badlands de las Bardenas Reales. https://info.igme.es/ielig/LIGInfo.aspx?codigo=EB021.
- Junta de Andalucía (s. f.). Depresión del Guadalquivir: marismas y campiñas. https://www.juntadeandalucia.es/.
- IGME (s. f.). IELIG: AL017 Rasa costera de Ribadeo. https://info.igme.es/ielig/LIGInfo.aspx?codigo=AL017.
- IGME (s. f.). IELIG: Flechas litorales y marismas del golfo de Cádiz (AND059 El Rompido; Flecha de Doñana). https://info.igme.es/ielig.
- IGME (s. f.). IELIG: Tómbolo de Trafalgar (Cádiz). https://info.igme.es/ielig.
- ICGC – Generalitat de Catalunya (2022). Estat de la zona costanera a Catalunya. https://territori.gencat.cat/.
- MITECO (2021). Plan para la protección del Delta del Ebro. https://www.miteco.gob.es/.
- MITECO (2023–2024). Guía de gestión de sedimentos y P.H. Ebro 2022–2027. https://www.miteco.gob.es/.
- IGN (2021). Serie La Palma — Erupción 2021 (comunicado final y boletines). https://www.ign.es/web/vlc-serie-palma.
- Gobierno de Canarias (2018). PEVOLCA (Decreto 112/2018, BOC nº 154). https://www.gobiernodecanarias.org/boc/2018/154/002.html.
- IGN (s. f.). Vigilancia volcánica – Canarias. https://www.ign.es/web/vlc-area-volcanologia.
- MITECO / IGME (2012). Las aguas subterráneas en la planificación hidrogeológica (metodologías aplicables a inestabilidad). https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/agua/publicaciones/AGUAS....
- IGME (s. f.). Inventario Español de Lugares de Interés Geológico (IELIG). https://info.igme.es/ielig.
- OAPN – MITECO (s. f.). Parque Nacional de los Picos de Europa. https://www.miteco.gob.es/es/parques-nacionales-oapn/.
- Junta de Andalucía (s. f.). Paraje Natural Karst en Yesos de Sorbas. https://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/.
- OAPN – PNSG (s. f.). Peñalara: glaciarismo y restos glaciares. https://www.parquenacionalsierraguadarrama.es/.
- OAPN – MITECO (2023). Evolución del glaciarismo pleistoceno en el P.N. Sierra de Guadarrama. https://www.miteco.gob.es/.
- MITECO (s. f.). SNCZI – Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables. https://www.miteco.gob.es/es/agua/temas/gestion-de-los-riesgos-de-inunda....
- MITECO (2023). Planes de Gestión del Riesgo de Inundación (PGRI) 2022–2027. https://www.miteco.gob.es/es/agua/temas/gestion-de-los-riesgos-de-inunda....
- BOE (2025). Orden TED/776/2025, de 8 de julio (Plan de Implementación 2025–2027 de la ENLD). https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2025-15140.
- UNESCO (2025). UNESCO Global Geoparks in Spain. https://www.unesco.org/en/iggp/geoparks.
- Foro Español de Geoparques (s. f.). Geoparques.es. https://geoparques.es/en/.
- CHE (s. f.). Datos generales de la demarcación del Ebro. https://www.chebro.es/.
- Puertos del Estado (s. f.). Clima marítimo y oleaje. https://www.puertos.es/es-es/oceanografia/Paginas/portus.aspx.
- Generalitat Valenciana (s. f.). Parc Natural de l’Albufera: geología y morfología. https://parquesnaturales.gva.es/.
- 14 reads
