España accede al proceso industrializador mal y tarde porque llegar a un proceso de revolución industrial, al menos en su primera fase, suponía el desarrollo de una revolución agraria que nunca se dio en el país. Teóricamente los beneficios obtenidos del sector primario financiarían la industrialización pero, al estar el campo controlado por una burguesía poco emprendedora y una nobleza todavía de mentalidad rentista, será el Estado el que deba financiar el proceso industrializador, bien con sus escasos fondos o bien legislando a favor de la entrada de capitales extranjeros.
Sin duda, el fracaso del Revolución industrial española se basó en la escasa capacidad productiva de las manufacturas tradicionales; en la inexistencia de un mercado nacional con buenas comunicaciones y en la escasez de capitales españoles que, en una gran parte, se destinaron a comprar las tierras desamortizadas. Así en España se produce un desarrollo industrial inferior al de otros países con mayor tradición industrial. De esta manera España quedó relegada como potencia industrial a uno de los puestos más bajos de Europa. En el “fracaso de la Revolución Industrial en España” incidieron numerosos factores, tanto heredados como nuevos, entre los que destacan los siguientes:
- La escasa capacidad productiva de las manufacturas tradicionales (con la excepción de Cataluña), que abastecían mercados locales de bajo consumo
- La inexistencia de un mercado nacional, con buenas comunicaciones y unificado, que facilitara los intercambios comerciales
- La escasez de capitales españoles, que en gran parte se destinaron a la compra de tierras desamortizadas y no a la creación de nuevas industrias. Pero, además, los nuevos propietarios de esas tierras tampoco invirtieron en su mejora, por lo que el negocio de la tierra no generó un volumen suficiente de beneficios para invertir en la industria.
El resultado de todo ello fue un desarrollo industrial limitado y con graves deficiencias debido a:
- La escasez de capitales nacionales que fue la causa de que la industria española se originara con predominio de capital extranjero.
- La industria se limitó a dos focos periféricos: la industria textil catalana y, desde finales de siglo, la industria siderúrgica vasca. Pero ambas eran poco competitivas en el exterior, lo que obligaba a seguir una política proteccionista para que pudieran abastecer al menos al mercado nacional.
- Un obstáculo fundamental, derivado indirectamente del escaso desarrollo agrario, fue el escaso poder adquisitivo de la población, que se tradujo en una débil demanda la cual elevó los costes y no estimuló la competitividad.
- Escasez de fuentes de energía provocada por la falta de cursos de agua aptos para la energía hidráulica y por la mala calidad del carbón.
- Otro obstáculo lo constituyó la distancia al núcleo central de la industrialización debido a la posición excéntrica de España y que supuso una desventaja manifestada en la dificultad para comerciar, por los elevados costes del transporte en aquella época.
- También destaca el hecho de que el Estado absorbiese gran cantidad de recursos para hacer frente al déficit público (ya que los impuestos eran insuficientes), elevando de ese modo los tipos de interés, que desincentivaron las iniciativas empresariales al encarecer su financiamiento.
Sin embargo, el caso español no fue aislado, pues los países de la cuenca mediterránea presentan una evolución similar o inferior.