3.04 (32) Compara los imperios territoriales de Carlos I y el de Felipe II, y explica los diferentes problemas que acarrearon

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A la muerte de Fernando el Católico ocupó el trono de la monarquía hispana Carlos I de España y V de Alemania. Heredó por parte de Maximiliano de Austria los territorios patrimoniales de Austria, pertenecientes al Sacro Imperio Romano Germánico; por parte de María de Borgoña los Países Bajos y el Franco Condado; por parte de Isabel la Católica la Corona de Castilla con Navarra y América y por parte de Fernando el Católico, la Corona de Aragón y los territorios italianos.

Carlos I: El Imperio Universal (1517-1556)

La múltiple herencia de Carlos I pareció concentrar en este monarca, elegido Emperador en 1519, el ideal medieval del imperio: restaurar la Monarquía Universal o Universitas Christiana. Se conoce con este nombre al ideal del emperador Carlos V, que pretendía la unidad religiosa en Europa y la defensa del cristianismo frente a las amenazas de protestantes y el Imperio Turco. Es la idea de toda una Europa unida bajo la fe cristiana, en la dualidad Papa-Emperador. A ello se le opondrían los príncipes alemanes y todas la naciones europeas que no admitían la vieja unidad y menos en un momento en que surgen los "Estados nacionales" en Europa. A todo ello viene a sumarse un nuevo problema: la aparición del protestantismo que proporcionará la base ideológica para el enfrentamiento entre Carlos I y los príncipes alemanes. Esta compleja trama se desarrolla en tres etapas:

  1. Carlos I obtuvo grandes victorias en Italia frente a Francia y al Papado (Pavía 1525) que le permitieron ocupar el Milanesado.
  2. Tuvo que enfrentarse contra la alianza formada por Francia y los príncipes alemanes luteranos (asociados en la Liga de Smalkalda)
  3. Intenta solucionar el problema alemán en sus dos aspectos: militar y religioso. En el primero logrando la derrota de la Liga de Smalkalda en la batalla de Mülhberg (1547). El segundo, logrando convocar el Concilio de Trento en un claro intento de reconciliar a la Iglesia católica con los reformados. Pero no fueron soluciones definitivas en ninguno de los dos campos. En el religioso, porque ambas posturas se radicalizaron. En el militar, porque Francia acudió en auxilio de los príncipes luteranos. Al final de su reinado, Carlos I tuvo que reconocer el fracaso de su idea imperial firmando el Acuerdo de Augsburgo (1555) donde se reconocía la potestad de cada príncipe para elegir su propia religión. Supone, por tanto, la consagración jurídica de la escisión religiosa. Carlos I finalmente abdicó en su hijo, Felipe II.

Felipe II: El Imperio hispano

Frente a la idea del Imperio Universal de Carlos I, la época de Felipe II será la del período de hegemonía española (el Imperio hispano). Felipe II aspira a entregar a España el dominio sobre Europa. Sin embargo, todos los países de Europa lucharán para impedir el dominio español. La política exterior de Felipe II se desarrolla en las siguientes etapas:

  1. Control de Francia, al obtener los ejércitos españoles la victoria de San Quintín (1557). Esta victoria convierte a Felipe II en el árbitro de la política francesa hasta finales de siglo.
  2. Choque contra el Imperio turco-otomano en el Mediterráneo: El poderío de los turcos era cada vez mayor. Esta amenaza provocó la reacción cristiana con la formación de la Liga Santa formada por España, Venecia y el Papado y dirigida por Felipe II. Esta liga tuvo un éxito con la victoria de Lepanto (1571), asestando un fuerte golpe a la supremacía turca en el Mediterráneo.
  3. La cuestión de los Países Bajos: Heredados de la casa de Borgoña, los Países Bajos no aceptaban el dominio de un rey extranjero, que se muestra ferviente católico en unos territorios cuya parte norte (Holanda) ha aceptado unánimemente el calvinismo. Además en esta zona se produce el enfrentamiento entre una mentalidad centralista-absolutista, representada por Felipe II, y otra parlamentaria, defendida por Holanda. La sublevación comienza en 1566, y aunque los tercios españoles obtuvieron éxitos militares importantes, no lograron dominar la resistencia holandesa que contó con el apoyo británico y de los reformados alemanes.
  4. Incorporación de Portugal (1580): Felipe II hereda el reino de Portugal a la muerte del rey portugués enarbolando sus derechos dinásticos (su madre pertenecía a la familia real portuguesa). En 1581 las Cortes de Tomar reconocen soberano a Felipe II, que jura respetar todas las libertades portuguesas. Con esta incorporación une, también, a su corona todo el imperio colonial portugués con sus bases en América (Brasil), África y Asia.
  5. Enfrentamiento hispano-británico: Al llegar al trono Isabel I, Inglaterra inicia su política de expansión por el Atlántico, creando una poderosa marina, fomentando la piratería contra las naves españolas que vienen de América y apoyando la rebelión de los Países Bajos, para impedir un poder hegemónico en el continente. Felipe II mandará la Armada Invencible contra Inglaterra sufriendo un estrepitoso desastre (1588).

Durante los últimos años del reinado de Felipe II la guerra se generalizó y el rey se vio envuelto en un triple enfrentamiento: en Francia que reinicia su política tradicional antiespañola; con los Países Bajos y contra Inglaterra. Estos tres países firmaron el Tratado de Greenwich. Felipe II mantuvo, con grandes dificultades, la supremacía de España, pero ahora el imperio pasaba a la defensiva.