6.05 (70) Resume las etapas de la evolución política del reinado de Isabel II desde su minoría de edad, y explica el papel de los militares

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El reinado de Isabel II se caracterizó por la alternancia en el Gobierno de progresistas y moderados, en un clima de inestabilidad política acentuado por los continuos pronunciamientos militares. Su reinado se divide políticamente en los siguientes periodos:

1. Las regencias de María Cristina y Espartero (1833-1843)

Es etapa coincide con la minoría de edad de la reina por lo que actuaron como regentes en primer lugar su madre María Cristina (1833-1840), y el general Espartero. Durante el periodo de las regencias se alternaron en el poder moderados y progresistas. En conjunto, fue una etapa fundamental en la implantación del liberalismo en España, no sólo en el ámbito político (triunfo sobre los carlistas, promulgación de la Constitución de 1837, etc.), sino también en el económico (abolición del régimen señorial, desamortización eclesiástica, etc.).

2. El reinado personal de Isabel II (1843-1868)

Se divide a su vez en las siguientes fases:

2.1. La década moderada (1844-1854)

Fue una época de predominio absoluto de los moderados al frente de Narváez. En este periodo el régimen dio un giro notable hacia posiciones conservadoras, que quedaron fijadas en la Constitución de 1845. Para la Constitución de 1845 la base del Estado son la monarquía y las Cortes (soberanía conjunta o compartida). Por otro lado la base electoral fue muy restringida, a causa del carácter censitario del sufragio, calculándose en un 1 % las personas que podían ejercer el voto. Al hacerse con el poder los moderados van a partir de un objetivo fundamental: acabar con la inestabilidad política ejerciendo para ello un férreo control que garantizase el orden (aparición de la censura en la prensa, creación de la Guardia Civil, se trata de cuerpo militar con funciones civiles que garantice el orden público; política centralizadora, así aparecen: la Ley de Enjuiciamiento Civil, un nuevo Código Penal, etc.); asimismo se crea el Banco de España que centraliza las finanzas españolas. Asimismo el régimen moderado llevó a cabo una política de acercamiento a la Iglesia (cuyas relaciones estaban muy deterioradas tras la desamortización de Mendizábal), firmándose el Concordato de 1851.

2.2. La revolución de 1854 y el bienio progresista

Se trató de un pronunciamiento iniciado por el general O ́Donnell en Vicálvaro (Vicalvarada). La Corte entrega el poder a Espartero que lo compartirá con el general O ́Donnell. Al lado de Espartero se colocan los "progresistas puros", que rechazan toda alianza con los moderados; junto a O ́Donnell se sitúa la "Unión Liberal" (partido de ideología ecléctica. Los progresistas iniciaron la tarea de afianzar el liberalismo y ampliar las libertades fundamentales. El bienio supuso un nuevo impulso para las transformaciones económicas de signo liberal (segunda fase desamortizadora, ley de ferrocarriles, etc.)

2.3. La era O ́Donnell y la crisis del régimen (1856-1868)

Tras una serie de conflictos populares, el general Espartero fue sustituido por O’Donnell en el gobierno. Los rasgos más esenciales de la era O ́Donnell son referibles al eclecticismo que preside la dirección política del país (Unión Liberal). Así se restaura la Constitución de 1845 y, a la vez se mantienen algunas reformas. El sistema parlamentario aparece esencialmente viciado, ya que no son los votantes los que deciden los cambios políticos, sino grupos y camarillas políticas que actúan sobre la Corona y que lograban encargos de formar nuevo gobierno o decretos de disolución (manipulación de las elecciones), que comportaban mayorías sumisas. Así pues, los moderados volvieron a ocuparse del gobierno, presentándose en estos momentos como un régimen muy cercano a la dictadura. El rasgo más sobresaliente de este periodo fue la activa política exterior con que O’Donnell pretendió devolver a España el prestigio internacional que había perdido. Sin embargo estas misiones obtuvieron pobres resultados y cuantiosas pérdidas económicas y humanas.

La crisis política provocará la alianza entre progresistas (Espartero había sido sustituido de la jefatura por otro general Prim) y demócratas que establecerán, en una reunión celebrada en Ostende (Pacto de Ostende), las bases de un programa común que preveía el destronamiento eventual de Isabel. A este pacto se unen los unionistas, puesto que al morir O ́Donnell ocupa el caudillaje de la Unión Liberal el general Serrano menos dispuesto a mantener el trono de Isabel II. Sobre estas bases, sobreviene la Revolución de Septiembre de 1868, que derrocará a Isabel II.